sábado, 29 de noviembre de 2014

Microrrelato 2

Correr para dejar atrás la oscuridad. Huyendo de la Tierra de los Dioses a través del portal. Siento las heladas garras de mis enemigos en la nuca, dispuestos a acabar conmigo. No podrán. No se lo voy a permitir. Me impulsó a la velocidad del sonido, dejando atrás al mismísimo Tiempo. A cada segundo acelero más, hasta que he de cerrar mis ojos para no perder la consciencia. Mi carrera acaba contra algo duro, aunque no lo bastante como para atravesar mi resistente piel. Abro los ojos. Me encuentro dentro de un enorme cráter. No hay ni rastro de mis perseguidores. El cielo es azul, una esfera brillante pende de él; a lo lejos vislumbra una ciudad. Sonrío. He llegado al Planeta Azul.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Microrrelato

La espada hendió el aire en el lugar que antes ocupaba él. Si la mafia se molestaba en enviar a semejante asesino la cosa era preocupante. El joven de aspecto inofensivo miró al hombre que tenía ante sí. Imperturbable, fornido, vestido de negro y con oscuras gafas era la imagen de la mismísima Muerte. Empuñaba la katana con elegancia, mientras se aproximaba a su objetivo. El chico reculó y echó a correr. No podía ganar en un cuerpo a cuerpo con ese tío. Tenía que pensar en otra cosa. Dobló la esquina con rapidez. El hombre sonrió con desprecio. Ni se molestó en correr, sabía que era un callejón sin salida. Al asomarse su semblante cambió. No había nadie allí. Pero era imposible que hubiese escapado, y no había ningún lugar donde esconderse. Entonces sintió algo frío en la nuca. Un estruendo y la eterna oscuridad. Cayó pesadamente al suelo. El muchacho guardó su pistola y sonrió. Al fin y al cabo no era conocido como el “Demonio Acechador” por nada. Con la misma rapidez con la que había aparecido, se esfumó, sin que el más leve rastro de su presencia delatase que había estado allí. 

martes, 11 de noviembre de 2014

Ángel del Destino


Las lágrimas del Ángel del Destino corrían por sus mejillas, resplandecientes como gotas prístinas de plata…Sus ojos ambarinos reflejaban la realidad de los tiempos, lo bueno y lo malo, pasado y futuro, principio y final… Extendió sus alas, que ocultaban los cielos en su inmensidad y clamó justicia… Una blanca como la más pura nieve invernal… Otra más negra que el mismísimo  corazón de Satanás… ¿Por qué? ¿Por qué él tenía que conducir a los hombres? Si algo salía mal, no dudaban en echarle la culpa… Y si por el contrario sucedía algo bueno, no le agradecían el esfuerzo… Ya es hora de que esto cambie. El Ángel sacó una espada y se arrancó las alas, que cayeron al suelo dispersándose en infinitas plumas… A partir de ahora cada hombre se labrará su propio destino. Se acabó el solucionarles la vida a estas egoístas criaturas. Cada hombre decidirá por si mismo que camino tomar. Pero el Ángel no iba a dejarlos completamente solos. En cada hombre entraron dos plumas, cada una de un color distinto. La pluma blanca se transformó en la Conciencia Buena, mientras que la pluma negra se transformó en la Conciencia Mala. Todos los hombres tendrían a partir de ahora dos consejeros que lo ayudasen, pero aún así la decisión final quedaba en manos de la Humanidad. Y envuelto en silenciosas brumas, el Ángel del Destino retornó al Caos, donde dormiría hasta que llegase el Fin del Tiempo…



Y con esta historia inauguro mi blog, en el que iré subiendo relatos y temas relacionados con la literatura. Los comentarios y críticas serán bien recibidos. 
¡Un saludo desde el primer mundo forjado!